Manifestación de estudiantes

Fernando Moreno

En un ambiente en el que, desde hace ya un buen tiempo, evidentemente se ha venido pasando de la “manifestación” (¿de estudiantes?) a una especie de ideológicamente violenta “rebelión de masas”, sin encontrar la debida y proporcional “respuesta” de parte de la autoridad encargada y responsable del Bien Común (“unidad de paz” y “buena vida humana del pueblo” Santo Tomás de Aquino); en un tal ambiente (digo) en el que los sobrados de energía y carentes de espíritu (Dostoiewsky), cosechan y “prosperan”, con la astucia que los caracteriza, la emergencia de algún “capo” ideológico no es sino producto de una tal situación ( de debilidad gubernamental y, contrario sensu de agresividad político-ideológica).

En esta “vía”, la emergencia progresiva del comunista Jaime Gajardo, con su secuaz femenina Camila Vallejos, responde a una lógica, ex abundantia, conocida en la que la estupidez prima sobre el buen sentido y el sentido común.

Sea lo que fuere, es en la vía de una progresiva agresividad, como el comunista Gajardo (¡capo de profesores…!), con el atrevimiento característico a su ideología (marxista), pero no sin burda confusión, se ha permitido atacar (no sólo criticar) al ministro Hinzpeter (del actual gobierno) invocando su origen hebreo(¡). La actitud y reacción primarias de Gajardo con su despreciable y ofensivo ataque ad hominem, no merece mayor comentario. En Chile, (gracias a Dios) abundan los Hijos Veterotestamentarios de Israel; y la mayoría del pueblo chileno es, en un grado u otro, (con una u otra denominación) cristiana; es decir, judeo-cristiana (Raissa Maritain).

Por otra parte, con la primaria ambigüedad que lo caracteriza, el actual senador Guido Girardi (que oficia de presidente del Senado de la República de Chile) no podía privarse de aportar lo “suyo” (muy  suyo…), al respecto.

En todo caso, son los agentes del comunismo más comunista -es decir el más primario- como lo constató un dirigente comunista francés de paso por Chile, y como lo delata con la honestidad de la verdad, el Libro Negro del Comunismo, quienes “ofician” hoy de animadores principales (abiertos y encubiertos), de la violencia y el caótico desorden  que (no sin debilidad y ambigüedad de parte de agentes oficiales del Bien Común, y del Poder), en vez de inspirarse y aprender (¡) del ministro inglés Cameron, parecieran no ser sino fieles epígonos de Luis XVI; con su  laissez faire - laissez passer: dejar hacer, dejar pasar (“el diluvio después de mí...”).

Sea lo que fuere, una manifiestamente impropia e indebida tolerancia, pareciera (cuando menos….), “hacer el juego” o facilitar la vía al “concertacionismo” (con sus “malas costumbres” pecuniarias y nepóticopartidarias), si no... a una segunda, y desde luego aggiornata, “vía chilena al socialismo”.